CMI no perdió su voz profética en el mundo, dice moderador
30 de Octubre 2013
Desde la última Asamblea, las iglesias y el movimiento ecuménico se enfrentaron a un período de transición, con cambios en el panorama religioso, crisis financieras y muchos desafíos, pero el CMI logró ejercer su función profética en el mundo, dijo el miércoles el moderador del Comité Central.
El Rev. Dr. Walter Altmann presentó a la X Asamblea, en Busan, su informe sobre el período transcurrido desde la Asamblea en Porto Alegre en 2006, cuando fue elegido moderador. Altmann fue el primer moderador latinoamericano del CMI en la historia y deberá ser reemplazado después de una nueva elección al final de esta Asamblea.
"En vista de la elocuente movilidad religiosa y de la experiencia a veces negativa de las iglesias llamadas 'históricas', entre estas iglesias ha surgido la tentación de considerar el movimiento ecuménico como algo secundario y de reorientar sus esfuerzos hacia su propia consolidación interna, sea centrándose en cuestiones doctrinales o institucionales", señaló.
Esta situación también puede atribuirse al sentimiento de desencanto de algunas iglesias ante la dificultad que experimentan con respecto al avance del programa ecuménico hacia la unidad, dijo.
"En cualquier caso, una Asamblea como esta constituye una ocasión muy favorable y valiosa para reafirmar el objetivo ecuménico de las iglesias, un objetivo que, si se considera la actual fragmentación del cristianismo, es aún más apremiante. La fragmentación no es una invitación a fortalecer las murallas confesionales. Es un desafío a profundizar el compromiso ecuménico, no a debilitarlo."
La crisis financiera que sacudió a los mercados y la economía de muchos países desde el final de la última década también se reflejó en la vida y las finanzas de las iglesias, con repercusiones en el CMI, Altmann recuerda.
"Multitudes se han visto confrontadas a un mayor índice de desempleo y abocadas al hambre y la desesperación. Y, por consiguiente, la crisis también ha afectado la sostenibilidad de muchas iglesias y su capacidad de apoyar a las organizaciones ecuménicas de las distintas partes del mundo, y por tanto de ayudar al CMI", dijo el en su informe.
Muestras de voz profética
Aunque el Consejo no ha recibido, en los últimos años, la misma atención por parte de la prensa secular que recibió en las últimas décadas, Altmann cree que sería precipitado y erróneo afirmar que el Consejo Mundial de Iglesias ha perdido su voz profética, y citó dos ejemplos.
En 2011, el CMI entregó a las autoridades de Brasil tres cajas de archivos con miles de documentos relacionados con los procesos judiciales militares contra prisioneros políticos en Brasil durante la dictadura militar (1964-1985). Estos expedientes se mantuvieron a salvo durante décadas en los archivos del CMI en Ginebra. En estos procesos hubo declaraciones de acusados que habían sido torturados, y los expedientes fueron secretamente fotocopiados por un grupo de abogados que formaban parte de un proyecto de derechos humanos patrocinado por el CMI, con oficina en la Arquidiócesis Católica de Sao Paulo.
Como segundo ejemplo, Altmann hizo referencia al impacto del proceso que condujo a la aprobación por parte de las Naciones Unidas de un tratado sobre el comercio internacional de armas. El CMI logró organizar una amplia red de iglesias de todo el mundo que abogaron ante sus respectivos gobiernos a favor del tratado, que tras un difícil proceso fue finalmente adoptado.
"Como en todas las asambleas, celebraremos la unidad que tenemos en Cristo, que ya es visible, aunque no en toda su plenitud. Al mismo tiempo nos volveremos a comprometer con la unidad que recibimos de Dios como un don y a la que estamos permanentemente llamados", concluyó el moderador del CMI.
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