Asamblea discute los desafíos para lograr la unidad en Cristo
05 de Noviembre 2013
La unidad entre los cristianos es aún una meta lejana que las iglesias se esfuerzan en lograr, lamentaron figuras eminentes en la sesión dedicada a la unidad, el martes en la X Asamblea del CMI. Sin embargo, reconocieron que se han producido avances significativos en las últimas décadas, y hay razones para celebrar.
De acuerdo con la Constitución del CMI, el objetivo principal de la comunidad de ecuménica es ofrecer un espacio donde las iglesias puedan exhortarse unas a otras a alcanzar la unidad visible en una sola fe y una sola comunión eucarística, expresada en el culto y la vida común en Cristo, mediante el testimonio y el servicio al mundo, y a avanzar hacia la unidad para que el mundo crea.
Sin embargo, los retos han sido muchos, recordó el Rev. Dr. Neville Callam, secretario general de la Alianza Mundial Bautista.
"Existe una gran brecha entre la dotación de la Iglesia con el don precioso de la unidad y la experiencia vivida de esa unidad. Nuestras divisiones eclesiales ofrecen un signo convincente de nuestra incapacidad para ser fieles a nuestra vocación de ser uno. Enfrentamos el escándalo de la desunión", dijo.
Eucaristía
El arzobispo metropolitano de Targoviste, Nifon Mihaita, de la Iglesia Ortodoxa Rumana, recordó que muchas veces la oposición a la acción conjunta, la reunión a través del movimiento ecuménico, viene desde dentro de las propias iglesias, sobre todo dentro de las iglesias ortodoxas. Según él, muchas personas temen que al participar en reuniones, como la Asamblea del CMI, las iglesias pierden su identidad y rompan con sus tradiciones.
"Este punto de vista se debe principalmente a la ignorancia y un enfoque fundamentalista de la fe. Cristo amó a toda la gente que se reunió independientemente de su afiliación religiosa. (...) ¿Cómo podemos ignorar nuestros hermanos y hermanas en Cristo que buscan activamente la unidad?", dijo.
Uno de los mayores retos para la unidad visible de los cristianos es que todos puedan tener comunión juntos. Para la Dra. Mary Tanner, miembro de la Iglesia de Inglaterra y presidenta del CMI para Europa, es un "escándalo" que los cristianos todavía no pueden compartir la Eucaristía.
Las diferencias en la comprensión de las diversas iglesias sobre los elementos de la Eucaristía y la presencia real del cuerpo y la sangre de Cristo en el pan y el vino, previenen las ceremonias compartidas.
En su intervención, el metropolitano Nifon Mihaita subrayó que la unidad en la Eucaristía sigue siendo imposivel.
"Compartir la misma copa requiere unidad eclesial basada en una confesión de fe común. Somos libres para reservar un lugar en la mesa de Cristo, y no hay ninguna restricción sobre quién puede venir, pero un código de vestido tal vez sea necesario (Mateo 22), la ropa de la luz, una confesión de fe en lo que consumimos (el cuerpo real y sangre de Cristo o sólo un símbolo de la misma, etc.) Por lo tanto, se necesita más charla sobre el marco eclesial del banquete", señaló.
Mucho que celebrar
Por otra parte, “el celo por la plena comunión de la iglesia no debe impedirnos celebrar los avances saludables que tienen lugar en las relaciones entre y entre las iglesias de hoy”, lembrou o Rev. Callam.
Hay mucho que celebrar en relación al avance de la unidad de los cristianos.
"Hay un sentimiento cada vez más profundo entre las iglesias de que nos necesitamos los unos a los otros y de que Cristo nos llama a la unidad. En lugares en los que las iglesias experimentan angustia y miedo constante de persecución, la solidaridad entre los cristianos de diferentes tradiciones al servicio de la justicia es un signo de la gracia de Dios. El movimiento ecuménico ha alentado nuevas relaciones , creando así un terreno de cultivo en el que puede crecer la unidad", dice el borrador de una declaración sobre la unidad cristiana, que se propondrá a la X Asamblea, según lo presentado en 2012 por el Comité Central del CMI.
Para La Dra. Mary Tanner, "algunos de nosotros hemos tomado medidas audaces y logrado relaciones más estrechas en este viaje. Hemos llegado a reconocer que ya existe un 'cierto grado de comunión' entre nosotros."
El Obispo Mark MacDonald, de La Iglesia Anglicana de Canadá, que trabaja con los pueblos indígenas en las regiones frías del norte de Canadá, un país de gran riqueza natural, que además vive una gran cantidad de explotación económica de estos recursos, recordó al plenario que las diferencias entre los cristianos son, después de todo, pequeñas.
"En este lugar improbable, este lugar de frío inimaginable, algo cálido y sanador encuentra un lugar para crecer. Si usted vive allí, se encuentra que la diferencia y desacuerdo entre los cristianos empieza a derretirse a 50 grados bajo cero. Esto no quiere decir que cuando las diferencias y desacuerdos se estrechan hay compromiso blando en su lugar. El corazón de la fe cristiana se dio a conocer en una variedad y sencillez impresionante", dijo.
En el fin del plenario, se recogieron oraciones escritas en papeles por los participantes. En ellas, pusieron sus pedidos a Dios, para que exista más entendimiento entre los cristianos, y así “avanzar hacia la unidad para que el mundo crea”, como dice la Constitución del CMI.
Borrador de la Declaración sobre la unidad cristiana
CMI - Comisión de Fe y Constitución
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