Coreanos ofrecen a la Asamblea testimonio de su lucha por la reconciliación
30 de Octubre 2013
Por Elizabeth Aristizábal
Con un majestuoso relato sobre las intensas luchas que han sufrido los coreanos desde el siglo 19 y el coraje con el que las han enfrentado, las iglesias coreanas compartieron con todos los participantes de la X Asamblea, el camino que han recorrido en su viaje con Dios.
"Sarang Hamnida!" Con estas palabras de cariño y levantando las manos sobre la cabeza para formar un corazón, el Rev. Kim Sam Whan, moderador del Comité Anfitrión de Corea, dio este miércoles 29 la bienvenida a las más de 4.000 personas presentes en la plenaria de apertura de la X Asamblea del CMI que cuenta con la participación de 345 iglesias de todo el mundo, más de 1.000 participantes internacionales y representantes de iglesias que no son miembros del CMI.
"El mundo entero vive una crisis sin precedentes, dolor, pobreza y muchas formas de discriminación. Vivimos en un mundo que no tiene esperanza en el futuro. Esta crisis no se resuelve a través de esfuerzos humanos, sino cuando el Evangelio se proclame a través de todos nosotros", dijo el Rev Kim.
Las iglesias coreanas son un ejemplo de la necesidad y el reto que representa, para la comunidad ecuménica, el camino hacia la unidad visible. Después de 60 años de estar dividida se hace necesaria la reunificación de la península coreana, el perdón y la reconciliación enseñado por Jesús y la superación de la historia de la confrontación, dicen las iglesias.
"La mayoría de las personas no conoce la historia del cristianismo, ni de las luchas que ha tenido que enfrentar. Lo que hoy vimos a través de esta presentación artística fue maravilloso y muy importante para el movimiento ecuménico. Yo no sabía que a los misioneros que habían llegado a Corea los habían perseguido, encarcelado e incluso algunos murieron luchando contra el imperio japonés" comentó Juliana Dias, representante de la Iglesia Presbiteriana Independiente de Brasil.
Fue a través de Busan que los misioneros llegaron a Corea. Según Hur Nam Sik, alcalde de esta ciudad, Corea es un país que ha mantenido su propio lenguaje, y sus tradiciones, pero también se ha abierto al cristianismo de occidente. "Corea es líder en el envío de misioneros en el mundo, en la actualidad hay más de 25.000 misioneros coreanos trabajando en todo el mundo".
Clamor por paz en todos los países
Pero la división y el conflicto no solo están presentes en Corea. Sonia Tzovanni, una jóven representante de la Iglesia de Chipre, pidió a la Asamblea apoyo a su país, que se encuentra dividido por la invasión Turca. Sonia pidió al CMI acompañamiento a las iglesias de todo Oriente, que sufre día a día con guerras y conflictos.
Junto con Sonia, otros jóvenes de diferentes países expusieron a la Asamblea sus preguntas acerca de cómo el CMI puede trabajar para ayudar a sus comunidades a hacer frente a sus principales problemáticas.
Para Thabile Lolo, representante de la Iglesia Presbiteriana Unida de África Meridional, es muy importante que el CMI pueda ayudar a la población de Sudáfrica a defender sus derechos y "hacer frente a los gobiernos para erradicar la pobreza y garantizar la seguridad alimentaria".
Para Thomas Kang, delegado de la Iglesia Evangélica de Confesión Luterana en el Brasil, el CMI puede ayudar a superar las barreras confesionales y guiar a los jóvenes y a la gente en el trabajo por la justicia y la comunicación. "El CMI es un paso adelante en la lucha contra la desigualdad y la injusticia", dijo.
Se pueden solicitar fotografías de alta resolución a través de photos.oikoumene.org.