Testigo de la historia: la intérprete que participó en siete Asambleas
06 de Noviembre 2013
De las diez Asambleas del CMI, ella participó en nada menos que siete.
Margaret Pater es una intérprete británica de 74 años que trabaja en el movimiento ecuménico hace exactamente 50 años. Pocos de los delegados y participantes de la Asamblea de Busan fueran testigos de tantos momentos de la jornada de las iglesias en busca del entendimiento, la unidad y el testimonio común.
Su primera Asamblea fue la de Uppsala (Suecia), en 1968. Unos años antes, en 1963, había comenzado a trabajar como intérprete en el Instituto Ecuménico de Bossey, mantenido por el CMI en Suiza.
"El acto de interpretación es la creación de comunicación entre las personas que sin ella no estarían allí."
Junto con otros 20 intérpretes, Margaret trabaja en las cabinas instaladas en salones del centro de conferencias de Busan, donde se realiza la reunión. Ella traduce al inglés lo que se dice en otros idiomas. La traducción simultánea de la Asamblea también incluye español, francés, alemán, coreano e indonesio.
Margaret, una metodista que participa actualmente en iglesias protestantes de la región donde vive en el noreste de Alemania, revela un compromiso con el movimiento ecuménico más profundo que una mera relación profesional. En las Asambleas del CMI, ella se inscribe para participar en diversas actividades, como talleres y estudios bíblicos. Cuando habla de ecumenismo, hay pasión el interés en su voz -sin olvidar una cierta visión crítica de quien tiene una amplia experiencia en el tema-.
"En la mayoría de las grandes reuniones ecuménicas hay la sensación de que tenemos que elaborar un documento, hay que producir un comunicado. Debemos cambiar el mundo con nuestras palabras. Yo creo que lo que va a cambiar el mundo es la gente que se encuentra entre sí y llega a entender unos a otros, y se dan cuenta de que el mundo es más grande que la iglesia, más grande que sus iglesias, y que tenemos muchas cosas en común, que podemos trabajar juntos", dijo, a la salida de una oración matutina de la Asamblea.
Tiendas
Hoy en día, Margaret siente la ausencia de las tiendas donde se celebraban las oraciones, desde la Asamblea de Nairobi (Kenia) en 1975 hasta las de Porto Alegre (Brasil) en 1996.
"Eran la zona más grande que podían crear. Las tiendas estaban abiertas, y se escuchaba la música y el canto desde el exterior. Realmente, se sentía que había un sentido de comunidad en los cultos."
Conocer a la gente alrededor, charlar con otros cristianos y aprender de sus experiencias es la mayor riqueza de una Asamblea, en la opinión de Margaret.
"En Nairobi, las comidas se servían al aire libre. Era un poco arriesgado, pero era un autoservicio y se conocía a gente en la cola, y estuvimos juntos en las comidas. En aquel momento, hacía poco que había aprendido el español, así que estaba buscando a la gente de habla hispana, así que podría practicar mi español en la hora del almuerzo".
Continuidad del movimiento ecuménico
La intérprete que ha participado en siete asambleas, confía en la continuidad del movimiento ecuménico, a pesar de las crisis de participación y de finanzas que puedan sacudir al CMI.
"Cuando viajo o estoy de vacaciones, yo voy a las iglesias locales y encuentro todo tipo de actividades interesantes y contextos ecuménicos, que no tienen nada que ver con mi trabajo (en las organizaciones ecuménicas), pero están allí. Yo vivo lejos de Ginebra y prácticamente nunca escucho lo que el Consejo Mundial está haciendo, pero tenemos actividades ecuménicas locales".
Ella cuenta que en la región donde vive en Alemania, las iglesias locales han tomado la iniciativa recientemente de organizar un gran encuentro ecuménico. Acciones como esta son ejemplos de la unión de las iglesias en la práctica, de acuerdo con Margaret .
"Mientras Dios permita este acontecer en diferentes lugares, las iglesias seguirán vivas y espero que comunicándose unas con las otras y reconociendo que tienen más cosas en común de lo que las divide. Hoy, muchas de las personas que yo conocía en el movimiento ecuménico ya están muertas, pero hay un montón de otras personas acá, y mucha gente joven, y que están dispuestos, y que están haciendo algo. Mientras Dios le da a la gente la fuerza para hacerlo, el ecumenismo va a continuar."
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